domingo, 20 de octubre de 2013

Umberto Eco, Lector in fabula.
Lector y Autor modelo en Tlon, Uqbar, Orbis Tertius

De acuerdo a lo postulado por Eco en su obra Lector in fabula, en el cuento Tlon, Uqbar, Orbis Tertius perteneciente al libro Ficciones, Borges prevé un Lector modelo familiarizado con el mundo religioso, temáticas y doctrinas, capaz de distinguir entre dichas doctrinas y la blasfemia o lo apócrifo, que pueda compararlas y aun descartarlas y manejarlas en diferentes situaciones y círculos dogmáticos; a un lector que no desconozca lo esotérico ejemplificado, entro otros casos, en el significado de los números, que reconozca en estos su importancia cultural como en el caso del doce y su relación con el mundo espiritual; que sepa reconocer los conceptos de eterno e infinito representados por un espejo y la cópula; que sea capaz de navegar por mundo y regiones ajenas a la realidad, que al navegar comprenda lo irreal de estas tierras; que domine ciertas ciencias y disciplinas como las matemáticas y la literatura, la teología y la geografía. El Lector modelo debe reconocer en la literatura las diferentes voces narrativas y así distinguir entre las memorias del narrador, los diálogos entre éste y un compañero y el diario o notas de algún personaje que no es fácil de reconocer y, finalmente, el lector modelo debe ser quien, aparentemente, encuentre o concuerde con una “enciclopedia literaria”, para definir las posibles respuestas al mundo intelectual considerando, por supuesto, las consecuencias espirituales de ésta.
Por su parte, el Autor modelo es capaz de crear mundos imaginarios, autónomos y sin aparente relación con la realidad, de ahí que en el mismo cuento se nos diga que los hombres responsables de Tlon introdujeron elementos de este mundo a nuestra realidad para no hacer tan notoria la marca entre lo real y lo imaginario. El Autor modelo es dueño de una vasta cultura, capaz de dominar y hablar extensa y profundamente sobre las matemáticas, la teología y la literatura entre otras artes. El Autor modelo conoce otras lenguas como el inglés e introduce en el texto fragmentos en esta lengua. El Autor modelo conoce a las autoridades de los diferentes campos que maneja, y es capaz de introducirlos en el texto con ideales que, ya sea que apoyen o no una causa, estarán de acuerdo con lo que dicho personaje pensaría en la realidad. Parece que este Autor modelo diseñó una estrategia en la que su posible lector va a reaccionar conforme las esferas intelectuales se vuelvan más complicadas y así lograr que éste se enfrasque en una especie de misterio que tanto el lector como el autor deben resolver.

Borges parece plantear en su cuento que el arte del escritor, del autor, del creador de mundos posibles no lo convierte en demiurgo omnisciente, cuyas doctrinas deben ser totalmente aceptadas. Para formar esta hipótesis partimos del hecho que los creadores y sustentadores del mudo Tlon son personas de un cierto grado de erudición, y que el mismo autor señala que “...hace diez años bastaba cualquier simetría con apariencia de orden – el materialismo dialéctico, el antisemitismo, el nazismo – para embelesar a los hombres. Dicho esto, parece una opción interesante que el hombre, de acuerdo a su propia enciclopedia, debe allegarse a la doctrina que crea más favorable, sin olvidar que los ejemplos presentados por el narrador del cuento fueron postulados elaborados por hombres, como lo fueron los creadores del planeta Tlon, y que precisamente hicieron eso, embelesaron a los hombres, por eso la interpretación no parece tan atrevida y más si consideramos que el mundo en el que el cuento fue escrito, por lo menos el mundo latino, se preparaba para un cambio en su paradigma literario.

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