Umberto Eco, Lector in
fabula.
Lector y Autor modelo
en Tlon, Uqbar, Orbis Tertius
De acuerdo a lo postulado por Eco en su obra Lector in fabula, en el cuento Tlon, Uqbar,
Orbis Tertius perteneciente al libro Ficciones,
Borges prevé un Lector modelo familiarizado con el mundo religioso, temáticas y
doctrinas, capaz de distinguir entre dichas doctrinas y la blasfemia o lo
apócrifo, que pueda compararlas y aun descartarlas y manejarlas en diferentes
situaciones y círculos dogmáticos; a un lector que no desconozca lo esotérico ejemplificado,
entro otros casos, en el significado de los números, que reconozca en estos su
importancia cultural como en el caso del doce y su relación con el mundo
espiritual; que sepa reconocer los conceptos de eterno e infinito representados
por un espejo y la cópula; que sea capaz de navegar por mundo y regiones ajenas
a la realidad, que al navegar comprenda lo irreal de estas tierras; que domine
ciertas ciencias y disciplinas como las matemáticas y la literatura, la
teología y la geografía. El Lector modelo debe reconocer en la literatura las
diferentes voces narrativas y así distinguir entre las memorias del narrador,
los diálogos entre éste y un compañero y el diario o notas de algún personaje
que no es fácil de reconocer y, finalmente, el lector modelo debe ser quien, aparentemente,
encuentre o concuerde con una “enciclopedia literaria”, para definir las
posibles respuestas al mundo intelectual considerando, por supuesto, las
consecuencias espirituales de ésta.
Por su parte, el Autor modelo es capaz de crear
mundos imaginarios, autónomos y sin aparente relación con la realidad, de ahí
que en el mismo cuento se nos diga que los hombres responsables de Tlon
introdujeron elementos de este mundo a nuestra realidad para no hacer tan
notoria la marca entre lo real y lo imaginario. El Autor modelo es dueño de una
vasta cultura, capaz de dominar y hablar extensa y profundamente sobre las matemáticas,
la teología y la literatura entre otras artes. El Autor modelo conoce otras
lenguas como el inglés e introduce en el texto fragmentos en esta lengua. El Autor
modelo conoce a las autoridades de los diferentes campos que maneja, y es capaz
de introducirlos en el texto con ideales que, ya sea que apoyen o no una causa,
estarán de acuerdo con lo que dicho personaje pensaría en la realidad. Parece que
este Autor modelo diseñó una estrategia en la que su posible lector va a
reaccionar conforme las esferas intelectuales se vuelvan más complicadas y así
lograr que éste se enfrasque en una especie de misterio que tanto el lector
como el autor deben resolver.
Borges parece plantear en su cuento que el arte del escritor,
del autor, del creador de mundos posibles no lo convierte en demiurgo
omnisciente, cuyas doctrinas deben ser totalmente aceptadas. Para formar esta
hipótesis partimos del hecho que los creadores y sustentadores del mudo Tlon
son personas de un cierto grado de erudición, y que el mismo autor señala que “...hace
diez años bastaba cualquier simetría con apariencia de orden – el materialismo
dialéctico, el antisemitismo, el nazismo – para embelesar a los hombres. Dicho esto,
parece una opción interesante que el hombre, de acuerdo a su propia
enciclopedia, debe allegarse a la doctrina que crea más favorable, sin olvidar
que los ejemplos presentados por el narrador del cuento fueron postulados
elaborados por hombres, como lo fueron los creadores del planeta Tlon, y que precisamente
hicieron eso, embelesaron a los hombres, por eso la interpretación no parece tan
atrevida y más si consideramos que el mundo en el que el cuento fue escrito,
por lo menos el mundo latino, se preparaba para un cambio en su paradigma
literario.
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